La silla chic-isima era la silla alta de mi hijo menor. Luego de muchos años la volví a encontrar en casa de una amiga y decidí pedírsela y reciclarla para tenerla en casa cuando viene mi nieto.
Como primera medida le saqué el mimbre del asiento y le puse una madera que hice cortar en la carpintería, rehice las partes de mimbre que se habían soltado. Para eso compré en el Tigre un mazo de mimbre, lo puse en remojo hasta que se ablandó y quedó maleable y fácil de trabajar. Hecho ésto, la lijé hasta sacarle todo el barníz. La pinté de color blanco y me dediqué al tapizado.
El asiento lo cubrí con 3 capas de espuma de goma de 1 cm, y lo tapicé todo con una tela acolchada celeste. Preparé un molde para cubrir el respaldo y los apoyabrazos en una sola pieza. Este paso me llevó bastante tiempo, ya que todo lo que es costura me cuesta tanto... pero todo sea por ver terminada mi silla reciclada.
Cosí y descosí... y logré el objetivo.
Le puse alrededor un voladito doble de una tela estampada, y por supuesto la hice segura, compré en la mercería cinta y arneses plásticos con lo que fabriqué un cinturón de seguridad guiándome por el cinturón del cochecito.
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