Continuando con la historia de la mesita, una vez que la tuve lista sentí que le faltaba algo, y buscando y buscando...encontré una silla en estilo francés…pintada de color beige…el asiento había que rehacerlo ya que no estaba tapizada, los resortes no los tenía. Como contrapartida tanto la estructura como la esterilla del respaldar estaban en muy buen estado. Así que la compré y puse manos a la obra.
La primer acción fue retirar las capas y capas de pintura que tenía. Dejé la madera a la vista, a esa altura no estaba segura si la iba a lustrar o pintar. Pero mi gusto por los muebles gustavianos y la mesita que estaba lista y pintada, me decidieron. Así que le fui dando manos de pintura blanca al agua, cada vez mas diluída y una vez seca la pintura la frotaba, le quedó un brillo muy lindo. Finalmente le apliqué una mano de laca poliuretánica al agua con lo que quedó preservada la pintura.
... y así quedó
Mientras tanto pensaba en la tela que le iba a poner.
Para mí es el momento de las deniciones, la tela es el "broche de oro" de la pieza, si uno se equivoca en la elección de la misma todo el trabajo se desluce.
Me basé en el tipo de telas que se usaba en la época del rey Gustavo, y encontré una variedad que me encantó. De cuadros bien grandes en color azúl bastante oscuro, que le dió un buen final en lo que a estilo y mi gusto se refiere.
La silla la expuse en la exposición de "Los Talleres del Museo de Arte Decorativo", que se realiza al final de cada año.
Admiro la facilidad que tenés para transformar una silla destruida y sin forma en un hermoso silloncito.
ResponderEliminarMuy bueno el blog!